Señales de que tu gato está envejeciendo y cuándo acudir al veterinario

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Afortunadamente, gracias a las mejoras en la atención veterinaria y la nutrición, nuestros amigos felinos viven mucho más que antes. Dado que nuestros gatos viven más tiempo, es importante conocer los síntomas de los problemas de salud comunes y cuándo consultar al veterinario.
Muchos gatos comienzan a experimentar cambios físicos y mentales relacionados con la edad entre los siete y los diez años, por lo que deben acudir al veterinario dos veces al año para realizar exámenes de bienestar y diagnósticos. Los exámenes y diagnósticos semestrales, basados en las recomendaciones del veterinario, son la mejor manera de garantizar la salud de su gato por diversas razones, entre ellas:
- Los gatos son maestros en ocultar el dolor y la enfermedad.
- Los cambios sutiles de comportamiento pueden significar grandes problemas
- La atención preventiva es mejor que la atención reactiva
- Los gatos envejecen mucho más rápido que los humanos
A continuación se presentan algunos cambios comunes que puede notar a medida que su gato envejece y que son una señal de que debe comunicarse con su veterinario.
Cambios de comportamiento
Tu gato podría estar más retraído e incluso empezar a esconderse. Nuestros gatos tienen un vínculo especial con nosotros y les gusta estar presentes y conectados donde estamos. Cuando de repente tu gato deja de saludarte en la puerta, de dormir contigo o de realizar sus actividades habituales, puede ser señal de que algo anda mal.
Otro cambio de comportamiento común que puede indicar un problema médico subyacente es un cambio en las interacciones sociales. Un gato que antes era sociable puede empezar a bufar cada vez que hay otra mascota en casa. Un gato enfermo puede evitar el contacto con otros animales o personas en casa, a pesar de que antes le encantaba dormir e interactuar con ellos.
Los gatos también pueden tener episodios inusuales de agresividad. Un gato puede empezar a gruñir o sisear cuando las personas u otras mascotas de la casa se acercan, puede que no se sienta cómodo al ser cargado y puede que le moleste que lo cepillen o peinen. Un gato con dolor puede morder o arañar, especialmente si alguien toca o mueve la zona sensible, o incluso si anticipa que lo hará.
Menos actividad y baja energía
Puede notar que su gato tiene menos energía o resistencia para realizar actividades que antes disfrutaba, como jugar con juguetes o perseguir un punto rojo. Es posible que simplemente se tumbe de lado y toque los juguetes con la pata en lugar de perseguirlos. Puede que se muestre reacio a saltar, subir o bajar escaleras, tenga dificultad para levantarse, muestre inquietud o le cueste encontrar un lugar cómodo para descansar. También puede notar cambios en sus patrones de sueño: puede dormir más o menos, o en posiciones y lugares inusuales. Estos pueden ser síntomas de dolor crónico u otros problemas médicos.
Cambios de caja de arena
Tu gato, que antes era quisquilloso, podría empezar a perderse la caja de arena ocasionalmente o a no usarla en absoluto. Los gatos suelen perderse las cajas de arena debido al dolor que les produce entrar y salir, así como a la dificultad para agacharse. Entrar en la caja de arena y mantener la posición en cuclillas puede ser muy difícil para un gato con dolor de cadera o rodillas. Otros problemas médicos, como la diabetes, la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad renal, pueden hacer que los gatos tengan mayor frecuencia o urgencia por usar la caja de arena, lo que puede provocar accidentes fuera de ella.
Cambios en el apetito y la ingesta de agua
Algunas afecciones pueden provocar cambios en la sed o el hambre de su gato. Puede notar que llena sus bebederos y bebederos con más frecuencia, o que de repente su gato se vuelve quisquilloso para comer o parece comer constantemente sin subir de peso. Si nota algún cambio en los hábitos de comida y bebida de su gato, asegúrese de avisar a su veterinario. Esto podría ser un signo de dolor u otros problemas médicos graves, como enfermedad renal, diabetes e hipertiroidismo.
Tu gato parece desorientado
Algunos gatos mayores pueden parecer perdidos o confundidos en un entorno familiar. Esto puede provocar que se queden atrapados en rincones o detrás de muebles, vocalicen en plena noche, miren fijamente las paredes o al vacío, o tengan dificultades para encontrar sus recursos (comida, bebedero, percha o arenero ).
Estos pueden ser síntomas del síndrome de disfunción cognitiva , que se produce por un deterioro de las capacidades cognitivas debido a los cambios cerebrales propios del envejecimiento. Las funciones cognitivas incluyen los procesos mentales de percepción, consciencia, aprendizaje y memoria, que permiten a una persona adquirir información sobre el entorno y decidir cómo actuar. Esto a veces se denomina demencia, como en los humanos.
Todo lo anterior puede ser síntoma de diversas enfermedades y los cuidadores de gatos suelen ignorarlo diciendo: “Mi gato simplemente está envejeciendo”. Los cambios en los hábitos diarios de tu gato no siempre deben atribuirse al envejecimiento. La edad no es una enfermedad, pero a medida que tu gato envejece, es más probable que sufra dolor y otros problemas médicos.

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