Puede resultar difícil saber si su gato tiene dolor por muchas razones. Los dueños de gatos a menudo pueden pasar por alto los signos sutiles de dolor en sus gatos o no notarlo hasta que sus gatos muestran signos más obvios, como pérdida de apetito y letargo. En algunos casos, los gatos solo muestran síntomas más obvios después de haber estado enfermos durante un período prolongado de tiempo o si están muy enfermos. Para cuando realmente note que algo anda mal con su gato, es posible que haya estado sucediendo durante más tiempo del que cree.
Si bien a nadie le gusta pensar en sus mascotas viviendo con dolor, es importante poder notar signos reveladores de dolor en los gatos, para poder tomar las medidas necesarias para brindarles comodidad y evitar que los problemas médicos empeoren.
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Puede ser difícil saber si un gato tiene dolor
Los gatos son expertos en ocultar enfermedades. Esto se debe en parte a que son animales tanto de presa como depredadores y, en la naturaleza, no mostrar dolor puede protegerlos de los depredadores u otros gatos que podrían ser una amenaza. Mostrar signos de dolor los hace más vulnerables a los ataques.
También puede resultar difícil para el veterinario detectar signos de dolor debido a que los gatos ocultan su dolor por miedo y estrés, algo habitual durante las visitas al veterinario . El gato también puede adoptar una actitud de lucha o huida, lo que puede provocar una disminución de la percepción del dolor.
Signos de dolor
Al igual que los humanos, cuando los gatos sufren dolor, esto puede afectar su comportamiento. De hecho, los gatos suelen mostrar cambios de comportamiento antes de que aparezcan los síntomas físicos.
Es importante que conozca el temperamento y el comportamiento normales de su gato. Esto incluye la actitud, el nivel de energía, la forma de andar, el apetito, los patrones de sueño, la sed y otros patrones físicos y de comportamiento normales de su gato. Incluso el cambio más leve podría ser una señal de que su gato está enfermo o tiene dolor. Dado que su gato no puede decirle que tiene dolor, su veterinario confía en usted para determinar si hay algún patrón de comportamiento anormal que pueda estar relacionado con el dolor. Si su gato simplemente no se comporta como de costumbre, esto puede ser una señal de que está experimentando dolor.
Nota: Los cambios en los hábitos diarios de los gatos no siempre deben atribuirse al envejecimiento. La edad no es una enfermedad, pero a medida que los gatos envejecen, es más probable que sufran dolor.
Cambios en el cuidado personal
Es posible que notes que tu gato no se acicala o, si lo hace, solo se concentra en su cara y la parte delantera de su cuerpo. Los gatos son limpiadores meticulosos, así que presta atención si los hábitos de aseo de tu gato han cambiado o si notas que su pelaje está descuidado.
Cambios de comportamiento
Es posible que tu gato se vuelva más retraído e incluso empiece a esconderse. Nuestros gatos están unidos a nosotros y les gusta estar presentes y comprometidos con nosotros. Cuando de repente tu gato no te saluda en la puerta, no duerme contigo y presenta otros comportamientos atractivos que son normales, esto puede ser una señal de que algo anda mal.
Menos actividad y poca energía
Es posible que notes que tu gato tiene menos energía o menos resistencia para realizar actividades que antes le resultaban agradables, como jugar con juguetes o perseguir un punto rojo. Es posible que tu gato se muestre reacio a saltar, subir y bajar escaleras, tenga dificultad para levantarse después de estar acostado, muestre inquietud y tenga dificultad para encontrar un lugar cómodo para descansar. También puedes notar cambios en los patrones de sueño: el gato puede dormir más o menos y puede dormir en posiciones y lugares inusuales.
Cambios de caja de arena
Los gatos suelen no usar la caja de arena debido al dolor que les produce entrar y salir de ella, así como a la dificultad para ponerse en cuclillas. Subirse a una caja de arena con borde alto o mantener la posición en cuclillas puede resultar muy difícil para un gato con dolor de cadera o rodillas. Otros problemas médicos pueden hacer que los gatos no usen la caja de arena debido al dolor y la urgencia que les acompañan.
Aumento de la irritabilidad
Los gatos que sufren dolor también pueden tener episodios inusuales de agresividad. Un gato puede comenzar a gruñir o silbar cuando las personas u otras mascotas de la casa se acercan a él, puede no sentirse cómodo cuando lo sostienen y puede molestarse cuando lo cepillan o lo peinan. También puede morder o arañar, especialmente cuando una persona toca o mueve el área dolorida o si el gato anticipa que lo harás.
Cambios en el apetito y la ingesta de agua
Los gatos que sienten dolor pueden perder el interés en comer y beber. Si nota algún cambio en los hábitos de alimentación y bebida de su gato, asegúrese de avisar a su veterinario. Esto puede ser un signo de dolor y otros problemas médicos graves.
Postura
Un gato con mucho dolor parecerá como si estuviera tratando de acurrucarse o se sentará encorvado en una posición de protección, agachado, con la espalda curvada más arriba de lo normal, la cabeza agachada y las patas delanteras a menudo dobladas debajo de ella. Es posible que notes que una vez que se recuesta, el gato mantiene las patas dobladas debajo de sí mismo en lugar de estirarse de lado. Puede evitar o tener dificultad para realizar comportamientos de rascado.
Qué hacer si sospecha que su gato tiene dolor
No le dé a los gatos analgésicos diseñados para humanos o perros. Los gatos procesan los medicamentos de manera muy diferente a otras especies. Los analgésicos comunes que se usan en humanos pueden causar la muerte en los gatos. Siempre busque atención veterinaria y consulte a su veterinario para obtener un plan de tratamiento del dolor adecuado. Consulte a su veterinario y aborde el dolor potencial en lugar de dejar que su gato sufra en silencio. Nuestros compañeros felinos confían en que hablemos por ellos, así que controle a sus gatos de cerca y avise al veterinario sobre cualquier inquietud.