La calabaza se ha convertido en un alimento básico del otoño para las personas y, mejor aún, es uno de los pocos alimentos “humanos” que muchos veterinarios recomiendan. Y con razón: es una fruta nutritiva (no una verdura, lo creas o no) que está repleta de fibra dietética y antioxidantes y es rica en vitaminas y minerales. La calabaza también es baja en calorías y es poco probable que provoque obesidad u otros problemas relacionados con el peso. De hecho, incluso se cree que ayuda a los perros a perder peso (si se les ofrece de forma adecuada).
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Los beneficios de la calabaza para los perros
Debido a que la calabaza es tan rica en fibra dietética y a que es fácil de digerir para nuestros amigos de cuatro patas, los veterinarios suelen recomendarla para tratar problemas gastrointestinales, como la diarrea y el estreñimiento. La calabaza contiene casi tres gramos de fibra natural por cada porción de una taza, por lo que puede ralentizar la digestión de su mascota y promover movimientos intestinales regulares que ayudan a mantener la salud intestinal.
La calabaza también es una excelente fuente de vitaminas A, C y E, así como de potasio, hierro y otros nutrientes que pueden hacer desde mejorar la visión de tu mascota hasta ayudarla a prevenir enfermedades e incluso proteger sus articulaciones a medida que envejece.
Posibles problemas de salud
Al igual que con cualquier alimento, siempre conviene ofrecerlo con moderación (y con la aprobación del veterinario). El peligro potencial de la calabaza es que está repleta de vitamina A y, si bien los perros pueden beneficiarse de las vitaminas añadidas (al igual que los humanos), un exceso de ciertas vitaminas puede ser tóxico para las mascotas. Sin embargo, tendría que darle a su perro una cantidad considerable de calabaza para que corra riesgo: entre 10 y 1000 veces la cantidad recomendada (que ronda entre una y cuatro cucharadas al día).
El alto contenido de fibra de la calabaza también significa que deberá proceder con precaución, ya que demasiada calabaza puede causar malestar estomacal en muchos perros. Asegúrese de no darle más de una o dos cucharaditas a los cachorros (los perros mayores pueden tolerar unas cuantas cucharadas) y ofrézcale pequeñas cantidades cuando le presente la calabaza a su perro por primera vez para asegurarse de que la tolere.
¿Y qué pasa con las calabazas que sobraron y que quedaron afuera? Es posible que hayan estado bien como decoración en la puerta de entrada, pero es mejor evitar dárselas a tu perro; estas calabazas generalmente ya están en estado de descomposición y pueden albergar moho y bacterias que podrían ser tóxicas para tu perro si las ingiere. También existe el riesgo de que tu perro consuma cualquier resto de pintura o decoración en la calabaza, o incluso productos químicos u otros residuos del lugar donde la calabaza estuvo expuesta afuera.
Además, las partes externas de la calabaza, como los tallos y las hojas, no están destinadas al consumo y pueden ser peligrosas para tu perro, ya que suponen un riesgo de asfixia y de obstrucción intestinal, ya que son difíciles de masticar y digerir. Si tu perro toca accidentalmente una calabaza vieja, presta atención a los síntomas de problemas estomacales y avisa a tu veterinario. Si tu perro se ha comido el tallo, es necesaria una intervención veterinaria inmediata para abordar la posibilidad de una obstrucción intestinal potencialmente mortal.
Cómo servirle calabaza a tu perro
La mayoría de los perros se vuelven locos por la calabaza cocida y en puré, que es más fácil de digerir y absorber para nuestros amigos de cuatro patas que su forma cruda. Tanto el puré de calabaza casero como la calabaza enlatada son seguros para los perros, sin embargo, deberá tener mucho cuidado de no ofrecerle accidentalmente a su perro relleno de pastel de calabaza, que está cargado de azúcar y especias agregadas que pueden ser potencialmente dañinas para su mascota. La misma regla se aplica al pastel de calabaza y otras golosinas para humanos rellenas de calabaza (sin importar cuánto le pida su perro que la pruebe).
Si opta por la calabaza fresca, asegúrese de cocinarla primero, ya que ablandará la textura de la pulpa y facilitará la deglución y la digestión de Fido, al tiempo que evita el riesgo de obstrucción. De hecho, cocinar cualquier fruta o verdura antes de dársela a su perro siempre es una buena idea, ya que eliminará eficazmente cualquier bacteria o sustancia química dañina de la comida.
Resulta que la calabaza enlatada también es increíblemente fácil de añadir a la dieta de tu perro. Puedes cubrir las croquetas habituales de tu perro con calabaza enlatada, o incluso puedes esparcir un poco de calabaza sobre un hueso (o dentro de un juguete Kong). Por supuesto, muchos perros están más que felices de lamerla directamente de la cuchara. Si te gusta hornear tus propias golosinas caseras, la calabaza siempre es un ingrediente económico pero nutritivo (y delicioso).
Si bien las semillas de la mayoría de las verduras y frutas están prohibidas para las mascotas, las semillas de calabaza son seguras (y potencialmente saludables) para los perros. De hecho, las semillas son la parte más nutritiva de la calabaza, ya que son ricas en proteínas y ácidos grasos, así como en minerales como el magnesio. Estudios recientes han demostrado que las semillas de calabaza pueden ser extremadamente beneficiosas para la salud de su mascota; los antioxidantes pueden ayudar a reforzar el sistema inmunológico canino y, al mismo tiempo, promover la salud de su piel y pelaje, mientras que los ácidos grasos omega-3 pueden mejorar su piel e incluso prevenir la picazón y otras inflamaciones.
Al igual que con el puré de calabaza, lo mejor es ofrecerle solo unas pocas semillas al principio (también se pueden triturar y agregar a la comida de su perro). Tenga en cuenta que el contenido de grasa de las semillas puede causar heces más blandas y otros malestares estomacales, así que asegúrese de consultar con el veterinario de su mascota antes de ofrecerle semillas de calabaza.