Una parte fundamental de un programa de cuidado dental para gatos es un examen en casa de sus dientes y encías. Se recomienda que los dueños realicen esta rutina en sus gatos durante uno o dos minutos al menos dos o tres veces al mes. Puede ayudarlo a identificar problemas potenciales de manera temprana para que pueda programar una cita con su veterinario y mantener a su gatito lo más saludable posible. Le alegrará saber que es relativamente fácil y la mayoría de los gatos se acostumbran después de las primeras veces.
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Preparación para examinar los dientes de su gato
Muchos dueños de gatos se reirán cuando les preguntes si pueden examinar los dientes de sus gatos. La gente cree que sus gatos no se quedarán quietos o que lucharán y arañarán todo el tiempo. Puede que no sea la tarea más sencilla, pero es importante y estar preparado marcará una gran diferencia.
Reúne todos los suministros con antelación para que puedas centrar toda tu atención en tu gato. Elige un momento en el que tu gato esté tranquilo por naturaleza. Asegúrate de estar tranquilo tú también, ya que tu gato percibirá cualquier negatividad o nerviosismo que tengas sobre el examen.
Deberás encontrar un lugar cómodo con buena iluminación. También puede resultar más fácil pedirle a un compañero o amigo que mantenga abierta la boca del gato mientras examinas la cavidad bucal.
Que necesitas
- Linterna pequeña
- Recompensa por masticar con dientes
Control de aliento
Para empezar, huele el aliento de tu gato. Los gatos no tienen un aliento ni extremadamente agradable ni desagradable, así que intenta prestar atención si huele particularmente raro o anormal. Un olor desagradable puede indicar una infección en las encías o los huesos. Si se pueden descartar problemas dentales como causa, tu veterinario puede comprobar si hay otras posibles causas del aliento anormal, como enfermedad renal o diabetes.
Inclinar la cabeza hacia atrás
Comience a hablarle a su gato en voz baja y suave para transmitirle calma y calmarlo. Continúe hablándole dulcemente a medida que avanza en el resto del proceso. Luego, incline suavemente la cabeza del gato hacia atrás, ligeramente hacia su trasero.
Abre la boca
A continuación, con el pulgar y el índice, abra el hocico del gato. Asegúrese de tener una buena linterna o una buena iluminación para los siguientes pasos.
Examinar los dientes
Comience por un lado de la boca y examine los dientes posteriores de su gato. Deberá buscar si hay manchas amarillentas (placa) o material más oscuro (sarro), así como dientes agrietados o rotos. Luego, observe el color de las encías. Deben tener un color rosado saludable y no un rojo intenso o un tono rosa pálido. Si la encía crece sobre el diente, esto también podría ser una indicación de un problema.
Realice el mismo examen de dientes y encías en los dientes frontales y nuevamente en el otro lado de la boca. A medida que avanza, tome nota mental de cualquier problema que note. Anótelos cuando haya terminado, para recordar qué decirle al veterinario sobre sus observaciones.
Examinar la garganta
Antes de dejar ir a tu gatito, observa la parte posterior de su garganta para ver si tiene enrojecimiento, especialmente si tiene un aspecto de “adoquín”. Esto es un signo de estomatitis , una afección grave y dolorosa que suele presentarse en gatos mayores.
Ofrecer una recompensa
Cuando haya terminado, asegúrese de premiar a su gato con un premio saludable. Un masticable dental sería una opción excelente y adecuada. Después de algunos de estos exámenes, ¡es posible que su gato incluso comience a desear este premio único!
Prevención de problemas durante el examen dental
Si en algún momento el gato se pelea por llamar la atención, déjalo y prueba otro día. Tratar de contener a un gato que está claramente molesto con tus empujones y toqueteos solo hará que tu próximo intento sea mucho más difícil y podría resultar en que te muerda. Quieres que los exámenes dentales se conviertan en una experiencia positiva.
Un cuidado dental adecuado ayudará a que tu gato se mantenga sano y se vuelve más importante a medida que envejece. Intenta introducir este procedimiento a una edad lo más temprana posible, pero recuerda que nunca es demasiado tarde para empezar. Una vez que tú y tu gato se sientan cómodos con el procedimiento, es importante que lo conviertan en una práctica habitual. Si no puedes hacerlo unas cuantas veces al mes, intenta hacerlo una vez al mes.
Por último, realice un seguimiento con un examen veterinario una vez al año . Si el gato ha tenido problemas dentales previos, se sugiere acudir a un chequeo al menos dos veces al año o más según sea necesario.