Si a su perro o gato le diagnosticaron epilepsia u otro trastorno convulsivo, su veterinario puede recetarle un medicamento llamado anticonvulsivo para reducir la frecuencia de sus síntomas. Los anticonvulsivos tradicionales incluyen fenobarbital, levetiracetam o bromuro de potasio. Si bien estos medicamentos son eficaces para tratar las convulsiones, pueden causar efectos secundarios no deseados. También existen restricciones según la especie o la presencia de enfermedades concurrentes (por ejemplo, el bromuro de potasio no se recomienda en gatos debido a que causa enfermedades de las vías respiratorias). Una opción anticonvulsiva alternativa con pocos efectos secundarios es la zonisamida.
La zonisamida es un medicamento anticonvulsivo que no tiene relación con otros anticonvulsivos que se usan habitualmente para tratar a perros y gatos. La zonisamida se puede usar sola o en combinación con fenobarbital y/o bromuro de potasio . Esto resulta útil cuando las convulsiones de su mascota no se controlan adecuadamente con esos medicamentos.
Tabla de contenidos
Formas de tomar zonisamida
La zonisamida se puede utilizar sola o combinada con otros medicamentos anticonvulsivos. Los medicamentos anticonvulsivos tradicionales pueden causar efectos secundarios, como sedación, inquietud, pérdida de coordinación, cambios en la sed y el apetito o aumento de la micción, entre muchos otros problemas. Para las mascotas que no toleran estos medicamentos, o para los dueños de mascotas que no quieren correr el riesgo de sufrir efectos secundarios, la zonisamida puede ser una opción viable.
A las mascotas que reciben fenobarbital o bromuro de potasio también se les deben medir los niveles de estos medicamentos en sangre para asegurarse de que reciben la dosis adecuada. Con zonisamida, puede ser necesario medir los niveles en sangre para evaluar si la dosis es adecuada y no se acerca a niveles tóxicos. Es importante monitorear la actividad convulsiva para determinar la eficacia de la dosis del medicamento para la mascota.
Efectos secundarios de la zonisamida
Si bien la zonisamida parece ser relativamente segura para los perros, es eficaz para controlar las convulsiones y se tolera bien, no existen estudios que avalen su eficacia clínica. Como ocurre con la mayoría de los anticonvulsivos, la zonisamida puede provocar somnolencia, falta de coordinación (pérdida del control muscular) y disminución del apetito en los perros. También puede provocar vómitos, pérdida del apetito y, en casos excepcionales, reacciones cutáneas y problemas hepáticos.
Advertencia
La zonisamida no debe administrarse a animales gestantes o lactantes. Tampoco debe administrarse a animales sensibles a las sulfamidas.
Administración y dosificación de zonisamida
Su veterinario determinará el mejor método de administración y la dosis para su perro, teniendo en cuenta el mejor resultado y la seguridad de su mascota. La forma más común de este medicamento es en tabletas recubiertas de azúcar. La dosis promedio para un perro con epilepsia es de 5 a 10 mg/kg administrada por vía oral cada 12 horas.