Saltar es un problema de comportamiento común entre los perros, pero existen varias soluciones para evitar que un perro salte sobre ti cuando está emocionado. La mayoría de las veces, saltar solo indica que tu perro está buscando atención. La buena noticia es que puedes entrenar a tu perro para que deje de saltar sobre las personas y comience a saludar a todos de manera más educada.
A continuación te indicamos cómo controlar el comportamiento parecido al de un conejo en tu perro.
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¿Por qué los perros saltan?
Es posible que, sin darte cuenta, estés recompensando a tu perro por saltar sobre ti al darle lo que quiere: tu atención. Incluso la atención negativa puede ser mejor que ninguna atención para algunos perros, por lo que si gritas o reaccionas de manera dramática cuando tu perro salta, esto puede reforzar el comportamiento. Tu perro no necesariamente se da cuenta de que cuando lo empujas o le gritas que se baje, estás tratando de disuadirlo.
En este caso, cualquier atención que reciba su perro de usted o de otras personas puede ser percibida como una recompensa. Tiene sentido entonces que si desea enseñarle a su perro a no saltar, deberá ser recompensado por mantener las cuatro patas en el suelo, en lugar de saltar.
Cómo evitar que un perro emocionado salte
Entrenar a tu perro para que no salte sobre las personas requiere paciencia y perseverancia de tu parte. Ten en cuenta que hay acciones que debes realizar y otras que debes evitar. Sé constante al entrenar a tu perro y tendrás como recompensa un mejor amigo que no se moverá de su sitio con sus patas delanteras.
Retener la atención
La primera parte de enseñarle a un perro a no saltar consiste en no prestarle atención. Hay un par de formas de hacerlo:
- En cuanto tu perro salte, dale la espalda. Cruza los brazos sobre el pecho y no hagas ningún ruido. Si el perro corre para saltar de nuevo, dale la vuelta. Espera a que deje de saltar antes de saludarlo o prestarle atención.
- Otro método es retirarse por completo. Si su perro salta cuando usted entra por la puerta, dé la vuelta y salga caminando. Si salta cuando usted está dentro, salga de la habitación. Espere un momento y luego vuelva a entrar. Repita esto hasta que su perro se calme.
Recompensar el buen comportamiento
Cuando se trata de evitar saltos no deseados, puede ser de gran ayuda tener algunas golosinas a mano. En cuanto su perro esté frente a usted con las cuatro patas en el suelo, tírele una golosina. Elogie también a su perro, pero no se exceda. Si se emociona demasiado o emite chillidos muy agudos, puede provocar otra ronda de saltos. Trate de proyectar una presencia tranquila y calmada.
La práctica hace la perfección
Es útil que establezcas situaciones para practicar con tu perro. Por ejemplo, si los saltos ocurren con mayor frecuencia cuando llegas a casa después del trabajo, dedica unos minutos varias veces al día a ir y venir. No hagas un escándalo por tu perro y sal a la calle si salta. Ofrécele una recompensa cada vez que las cuatro patas estén en el suelo simultáneamente.
Agregar un comando para sentarse
Una vez que tu perro sea capaz de mantener las cuatro patas en el suelo durante unos segundos o más, empieza a pedirle que se siente. Entra en una habitación o atraviesa la puerta de entrada y dale la orden “siéntate”. En cuanto el perro se siente, ofrécele una golosina. Practica esto durante varias sesiones de entrenamiento. Con muchas repeticiones, tu perro empezará a sentarse en cuanto entres por la puerta o en la habitación.
Practica con otras personas
No basta con que practiques con tu perro. También debes involucrar a amigos y familiares en este entrenamiento. De lo contrario, tu perro puede aprender que no está bien saltar sobre ti, pero que todos los demás pueden hacerlo. Contar con la ayuda de otras personas en este entrenamiento le enseña a tu perro a mantener las cuatro patas abajo sin importar quién entre en la habitación.
Qué no hacer
Es posible que haya oído hablar de métodos para entrenar a un perro para que no salte que requieren un castigo físico o una actitud aversiva . Uno de esos métodos es darle un rodillazo en el pecho al perro. Otro es utilizar la corrección con correa (tirando o tirando de ella) para que el perro se aleje de usted. Estos métodos presentan varios problemas:
- Si corrige a su perro con la rodilla o la correa de forma demasiado brusca o inadecuada, puede lesionarlo gravemente.
- Cuando le aplicas un rodillazo en el pecho, puedes derribar a tu perro, pero el perro puede interpretar esto como tu forma de iniciar el juego. La respuesta de tu perro puede ser saltar de nuevo para continuar el juego porque en realidad has reforzado el comportamiento que estás tratando de detener.
- Es posible que su perro aprenda a no saltar solo cuando está atado con correa. Dado que la mayoría de los perros no están atados las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es probable que su perro tenga muchas oportunidades de saltar sin problemas cuando no esté atado con correa.
- Las técnicas que implican estímulos dolorosos o atemorizantes provocan miedo en los perros y erosionan la confianza entre ellos y sus dueños. Esto puede afectar el comportamiento de los perros de muchas otras maneras y derivar en problemas más graves, como agresividad y fobias.
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La lavanda es un aceite esencial comúnmente utilizado en aromaterapia y se sabe que tiene propiedades calmantes para el sistema nervioso central y relajantes cuando lo inhalan tanto humanos como animales .
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Disciplinar a tu perro con estímulos dolorosos o atemorizantes no será tan eficaz como recompensar su buen comportamiento. Prioriza siempre el refuerzo positivo con tu perro.